El lenguaje es una herramienta fundamental para el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños y niñas. A través de él, los pequeños expresan sus ideas, sentimientos, necesidades y deseos, comprenden el mundo que les rodea, establecen relaciones con los demás y adquieren nuevos conocimientos.

Por ello, es muy importante que las profesoras estimulen las habilidades lingüísticas de sus alumnos y alumnas desde edades tempranas, ya que son las capacidades que permiten usar el lenguaje de forma adecuada y eficaz, tanto en su forma oral como escrita.

Las habilidades lingüísticas se pueden clasificar en cuatro áreas: comprensión oral, expresión oral, comprensión escrita y expresión escrita. Para estimularlas, las profesoras pueden realizar diversas actividades lúdicas y pedagógicas que favorezcan la interacción, la atención, la memoria, la imaginación y la creatividad, como las siguientes:

• Comprensión oral: se trata de la capacidad de entender lo que se escucha. Se pueden realizar actividades como: escuchar cuentos e historias, seguir instrucciones, responder preguntas sobre lo que se escucha, identificar sonidos y palabras, jugar a las adivinanzas o al veo-veo, etc.
• Expresión oral: se trata de la capacidad de comunicar lo que se piensa o se siente. Para estimularla, se pueden realizar actividades como: contar vivencias o experiencias personales, narrar o inventar historias, describir objetos, personas o situaciones, etc.
• Comprensión escrita: se trata de la capacidad de entender lo que se lee. Para estimularla, se puede leer cuentos e historias con imágenes, reconocer letras y palabras, relacionar palabras con dibujos, ordenar secuencias de imágenes según el texto, etc.
• Expresión escrita: se trata de la capacidad de escribir lo que se quiere comunicar. Para estimularla, se puede: dibujar o colorear lo que se quiere comunicar, copiar o trazar letras y palabras, etc.

Estas son solo algunas ideas de actividades que las profesoras de inicial pueden realizar para estimular las habilidades lingüísticas de sus alumnos y alumnas. Lo importante es que sean variadas, divertidas y adaptadas al nivel y al interés de cada niño o niña. Así, se logrará que el lenguaje sea una fuente de aprendizaje y disfrute para todos.