La construcción del amigo imaginario, ¿motivo de alarma?

Observar a tu hijo jugar solo, mientras mantiene una aparente conversación con alguien, puede darte un escalofrío. Lo cierto es que puedes estar tranquilo, pues tu hijo no se ha vuelto víctima de alucinaciones.
Se trata de una inofensiva forma de recrearse: el amigo imaginario es construido a conciencia, producto del llamado “pensamiento mágico”.
Según los especialistas el fenómeno del amigo imaginario se considera normal hasta los siete años y forma una parte clave en el crecimiento de muchos niños. Sobre todo en los niños creativos y sensibles.
Puede ser muy útil como forma previa de relacionarse con el entorno. En este juego, el niño aprende a ponerse en el lugar del otro a través de un ejercicio de interpretación. Este ensayo puede ir mejorando sus destrezas de adaptación social y hará que adquiera mayor facilidad para ser empático y persuasivo.
Todo este conocimiento aprendido lo volcará después para sostener interacciones reales con mayor confianza en sí mismo.
Por el contrario, a veces pueden empezar a expresar y liberar sentimientos no deseados, atribuyéndoselos al personaje para superar conflictos internos. Por eso, no es recomendable censurar ni apoyar esta fantasía, que desaparecerá como apareció según el niño crezca y madure. Pero ¿cómo saber cuál es el límite?
Las medidas necesarias
Bien es cierto que la existencia de estos seres imaginarios puede indicar algún problema emocional en algunos casos. Para detectar esta situación de forma temprana, sería útil mantener una vigilancia pasiva y discreta, para tener presentes cuáles son las necesidades y sentimientos que surgen en el niño y cómo los va afrontando.
También se le puede preguntar alguna vez cómo lo ayuda este amigo y qué cosas hacen juntos para corroborar que no haya actitudes de riesgo.
Se puede consultar con un especialista si el niño usa al amigo imaginario como excusa para evadir sus tareas, o justificar comportamientos agresivos. También, si empieza a presentar una actitud retraída, evitando hablar con sus amigos o si se prolonga esta situación mucho más allá de los 8 años de edad.
Fuentes:
http://psicopedagogias.blogspot.pe/2010/04/el-amigo-imaginario-una-mirada.html
http://www.elmundo.es/salud/2015/07/31/55ba616c22601d010b8b4595.html