Es muy habitual que, si tienes varios hijos pequeños, cuando se acerca el cumpleaños de uno de ellos tengas la tentación (y a veces la presión) de prever regalos para todos. Sin duda es lo más sencillo para evitar conflictos, celos o peleas… Aunque no es lo más recomendable.

Como sabemos que no es fácil que un niño asuma que no siempre ha de ser el protagonista, te dejamos una serie de indicaciones para aprovechar los cumpleaños como ocasión de transmitir valores como la solidaridad y, lo más importante, saber alegrarse con –y no envidiar– la felicidad ajena.

Una oportunidad excelente para aprender a compartir

Pero, ¿cómo implicar a tus hijos en el cumpleaños de su hermano? Un recurso muy eficaz es delegar en ellos parte de los preparativos de la celebración. Asigna funciones que ellos puedan realizar, como ayudar a preparar sándwiches, platos con golosinas, decoraciones… encargando al mayor, o más responsable, la supervisión de estas tareas.

• Explícales que con eso van a hacer que su hermano se sienta muy feliz en su día, porque van a ayudar, entre todos, a que él se sienta especial.
• Del mismo modo, recuérdales que cuando sean sus cumpleaños, igual todos se unirán para ayudar.
• Crea un vínculo de complicidad: como “premio” a su ayuda, compra algunas golosinas que solo compartirán entre aquellos que están preparando la celebración. Esas serán exclusivas para “los trabajadores”.
• Además, haz que todos compren regalos para su hermano. Algo sencillo, que ellos elijan, y puedan entregar individualmente al homenajeado.
• Por su parte, si el “cumpleañero” no está muy acostumbrado a compartir, también es conveniente que aprenda a prestar sus nuevos juguetes a sus hermanos.

Como cualquier aspecto de la educación y la convivencia entre hermanos, hay que aplicar toneladas de diálogo, paciencia y sentido común para que crezcan compartiendo y confiando los unos en los otros, sabiendo que son parte de un “equipo” al que pertenecerán toda su vida. ¡Feliz cumpleaños!