¡Que no se peleen! Cómo afrontar con éxito las discusiones entre hermanos. Parte I: Prevención

Desde el momento en el que nace un nuevo integrante en la familia, el hermano mayor comienza a experimentar sentimientos encontrados, por una mezcla de emoción y recelo: tiene ciertas expectativas y curiosidad por su nuevo compañero… pero también se siente desplazado de las habituales atenciones que recibe en la familia.
La inmadurez, propia en el niño, provoca una falta de manejo de las emociones.
Para una total orientación del manejo de las emociones, ingresa aquí.
Esas típicas relaciones fraternales conflictivas, con agresiones físicas y verbales, pueden convertirse en una lesión emocional para ambos.
Antes que nada, hay que procurar de que comprenda que un hermano es un amigo de por vida, un aliado con el que puedes contar y que, por el bien de ambos, deben amarse y aprender a convivir.
Tips de prevención para el hogar
Comunicación para un cambio de actitud: Los pensamientos provocan sentimientos y los sentimientos provocan acciones. Todo lo que pensamos proviene de nosotros. Por eso es importante el diálogo, para poder identificar los errores de pensamiento de ambos y corregirlos.
El amor es un elemento vital: Se dice que el mínimo de afecto que debemos recibir diariamente es de 10 abrazos al día. Crear un entorno afectivo en donde primen los abrazos y las muestras verbales de amor ayudará a disminuir los comportamientos agresivos.
Nunca caigas en las comparaciones: Pues todos somos diferentes y hay que valorar esa diversidad. Entrar en comparaciones solo despertaría sentimientos negativos de rivalidad, celos o competitividad.
Exalta sus virtudes: Todos somos buenos en algo y eso hay que reconocerlo.
Si elogias sus cualidades, potenciarás la autoestima de tus hijos. No te será difícil, pues seguro que para ti tu hijo es el mejor. 😉